¿Cuáles son los síntomas o problemas
característicos de las personas con albinismo?
Las personas con albinismo generalmente
presentan una falta prácticamente total (en personas con OCA1A y
OCA4) o parcial (en personas OCA1B y los otros tipos de OCA) de
pigmento en piel,pelo y ojos. La falta de pigmento en piel y pelo
hace que las personas con albinismo estén desprotegidas frente a las
radiaciones solares y, por lo tanto, sean muy propensas a quemarse
con facilidad tras exponerse al sol. Las personas con albinismo
generalmente no se ponen morenas al sol, sino que su piel enrojece
rápidamente.
En función del grado de pigmentación
residual que posean, las personas con albinismo manifestarán una
mayor o menor reacción a la exposición a radiaciones solares.
Por lo tanto, las personas con albinismo
deben proteger su piel del sol, bien sea con ropa adecuada y
gorra/sombrero o, si no es posible mantener la ropa, mediante el uso
de cremas protectoras solares apropiadas. La falta de protección
frente a radiaciones solares puede determinar un aumento en la
probabilidad de desarrollar algún tipo de cáncer de piel, algo
completamente evitable con la protección adecuada.
Adicionalmente a la evidente falta o
reducción de pigmentación en piel y ojos, las personas con albinismo
presentan una ausencia o disminución de la pigmentación en los ojos,
particularmente en el iris (la zona central del ojo, que suele
presentar un grado y tono de pigmentación variable, que delimita la
pupila, por donde pasa la luz), que suele ser traslucido o
trasparente. Habitualmente las personas con albinismo tienen los
ojos de color muy pálido, rojizos, grisáceos, azules o, a veces,
castaños muy claros. La falta de pigmentación ocular en el iris
generalmente produce fotofobia, esto es, rechazo o repulsión a la
luz directa.
La falta de pigmento o el déficit
pigmentario en el iris provoca que la luz no solamente llegue a
través de la pupila, sino que se cuele a través del iris. Por lo
tanto, llega un exceso de luz a la retina que les deslumbra
fácilmente y les produce malestar.
Las personas con albinismo no se sienten
cómodas en ambientes con luz muy intensa o muy iluminados y tienden
a protegerse con sombras (por ejemplo, mediante gorras o viseras) o
con el uso de gafas de sol o lentes de contacto oscuras. Sin
embargo, es importante recordar que las personas con albinismo
requieren una buena iluminación para poder desenvolverse con
normalidad por lo que el uso de gafas demasiado oscuras puede ser
contraproducente para la visión. Cada persona con albinismo debe
explorar y decidir el grado de protección ocular con el que se
siente cómoda, el que le permita seguir aprovechando el resto de
visión que posea de forma segura y confortable, contrarrestando el
malestar inherente a la fotofobia.
El uso de gafas con cristales oscuros
para limitar la cantidad de luz que llega a la retina suele ser la
solución para la fotofobia. El exceso de luz no solamente puede
aparecer al aire libre, sino también en salas interiores muy
iluminadas o con focos de luz directos, que producen igualmente
fotofobia y pueden obligar a llevar gafas de sol también en
interiores.
Las personas con albinismo presentan un
conjunto de anomalías visuales características e importantes cuya
manifestación puede limitar de forma muy importante su calidad de
vida. Son personas con una discapacidad visual severa,
frecuentemente con una agudeza visual del 10% (0,1) o inferior, y
por ello se definen en España y demás países europeos como personas
con una ceguera legal. La ceguera legal se establece en una agudeza
visual igual o inferior al 10% (0,1). Las personas con ceguera
legal, por ejemplo, no pueden conducir.
Por todo ello, las principales
limitaciones de las personas con albinismo no son las derivadas de
su falta de pigmentación corporal, que como hemos visto puede ser
más o menos evidente, sino las derivadas de su discapacidad visual
asociada, característica del albinismo.
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