¿Qué es el albinismo? Lluís Montoliu y Ana Yturralde (ALBA, 2018)


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Fotografía de © Ana Yturralde (anayturralde.com)

¿Puede una persona con albinismo hacer deporte? 

Una persona con albinismo puede y debe hacer deporte, como cualquier otra persona. De hecho, el deporte contribuirá a darle confianza en sí misma y le ayudará en su desarrollo corporal, psicomotor, aportándole las estrategias de control del cuerpo, de equilibrio, que están alteradas en una persona con discapacidad visual.

Las personas con albinismo pueden realizar o intentar prácticamente cualquier tipo de actividad deportiva, tanto a nivel amateur como profesional.

Sin embargo, aquellos deportes que requieren localizar, situar y seguir con precisión un objeto, una pelota, en movimiento rápido (fútbol, tenis, voleibol, baloncesto, badmington, etc.) pueden resultar más difíciles para una persona con albinismo, debido a su falta de visión tridimensional. En estos casos es fácil generar rápidamente un estado de frustración. Por ejemplo, existen personas con albinismo que han aprendido de pequeñas a jugar al tenis con razonable destreza y habilidad, utilizando no solamente la información visual sino la auditiva, la sombra de la pelota, etc. lo cual exige una mayor concentración y desgaste mental para poder aprovechar al máximo la actividad deportiva.

Fotografía de © Ana Yturralde (anayturralde.com)

Cada persona con albinismo debe explorar y conocer sus capacidades y límites, y aprender a comprobar qué actividades deportivas puede realizar para divertirse, aquellas con las que se siente más cómoda y aquellas para las que posee talentos o cualidades innatas, que por supuesto son distintas de persona a persona. Para los deportes de balón puede ayudarse a las personas con albinismo si se incorpora el uso de balones que no sean rígidos, que sean de espuma o materiales ligeros, para que la persona con albinismo no tema recibir un balonazo si no calcula o determina con precisión la posición de la pelota y ésta acaba impactando en su cara de forma inesperada. Ayudará también que los balones tengan colores intensos, muy contrastados, y/o que incorporen dispositivos sonoros (cascabeles, pitidos), que faciliten su localización a las personas con albinismo, que tienen una visión limitada.

Existen casos de personas con albinismo que han aprendido, con precaución y vigilancia constante, a ir en bicicleta (o incluso a esquiar) por si mismas en terrenos abiertos, bien delimitados y bajo la atenta supervisión y vigilancia de acompañantes, que deben ir avisándoles de posibles obstáculos que vayan apareciendo en el camino.

El atletismo incorpora muchas disciplinas en las que una persona con albinismo puede participar (carreras, lanzamientos, saltos, etc.). Por ejemplo, para correr, es importante fomentar la práctica de carreras en pareja, cogidos de la mano o, mejor, unidos con una cinta o correa con la otra persona, lo cual da mayor seguridad a la persona con albinismo y le permite correr sin temor a impactar con un obstáculo.

También es posible realizar actividades de esquí, tanto en sus variantes nórdica, siguiendo carriles existentes en la nieve, como alpina, descendiendo por laderas cubiertas de nieve. En este último caso la práctica del esquí se realiza con un acompañante-guía, que desciende junto a la persona con albinismo y le va indicando los cambios de dirección y los posibles obstáculos que se encuentran durante el descenso.

Fotografía de © Ana Yturralde (anayturralde.com)

Los deportes de contacto o de lucha también son una opción para las personas con albinismo, en particular el judo, en el que prácticamente todo el combate transcurre a corta distancia con el contrincante, al que se suele mantener agarrado por la ropa. No así el kárate o el taekwondo, que requieren precisión visual para golpear y protegerse para evitar ser golpeado, en los cuales las personas con albinismo siempre partirán con desventaja.

La prueba de que las personas con albinismo no solo pueden hacer deporte sino que pueden dedicarse profesionalmente a ello y triunfar la tenemos en la gran cantidad de medallistas y campeones con albinismo en los Mundiales y los Juegos Paralímpicos que se celebran cada cuatro años, tras los correspondientes Juegos Olímpicos. En España contamos con campeonas de judo como Carmen Herrera o Marta Arce, triatletas como Susana Rodríguez-Gacio o Daniel Llambrich y atletas como Meritxell Playà, Sara Fernández e Ivan Cano, que han demostrado saber competir y ganar en sus especialidades deportivas, siendo todas ellas personas con albinismo.

 

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© Lluís Montoliu, Ana Yturralde, ALBA